La ansiedad y la depresión son, hoy en día, dos de los trastornos psicológicos más comunes a nivel mundial. Como psicóloga especializada en salud emocional, quiero hablarte de un impacto menos visibilizado pero muy importante: cómo afecta la ansiedad al deseo sexual.
Las relaciones sexuales son una parte fundamental de la conexión en pareja, pero cuando uno de los dos (o ambos) atraviesa una etapa de ansiedad, lo que debería ser un espacio de disfrute, afecto y unión puede convertirse en una fuente de inseguridades, tensiones y frustraciones.
En este post, te explico por qué la ansiedad afecta al deseo sexual y cómo puedes abordarlo.

¿Por qué la ansiedad afecta las relaciones sexuales?
Cuando sufrimos ansiedad, nuestro organismo entra en un estado de alerta: el cuerpo se prepara para enfrentar un peligro, real o imaginario. En ese momento, la mente deja de priorizar actividades que percibe como secundarias, como el disfrute sexual, y se enfoca en gestionar los pensamientos negativos, el miedo o la preocupación.
Y cuando los estados de ansiedad se prologan en el tiempo, el cuerpo libera cortisol, la hormona del estrés. Este proceso agota al organismo y reduce los niveles de hormonas sexuales, disminuyendo tanto el deseo como la excitación.
Así que, en esencia, la ansiedad es un cóctel de inquietud, miedo, pensamientos repetitivos y tensión corporal. El sexo es un acto que necesita de relajación y concentración. Así que el estado producido por la ansiedad es todo lo contrario a lo propicio para mantener relaciones sexuales placenteras.
La ansiedad no afecta igual a todos
Como psicóloga especializada en trastornos de ansiedad, he visto de todo. Muchas personas con exceso de ansiedad no quieren levantarse de la cama, comer ni vestirse. Así que mucho menos disfrutan de compartir un momento de intimidad con su pareja. Para estas personas, el sexo se puede convertir en una carga.
Sin embargo, otras personas pueden tener el efecto diametralmente opuesto, porque cada organismo reacciona de manera diferente a la ansiedad. Es posible que en algunos casos el deseo sexual se vea aumentado.
En cualquier caso, si consideras que tu ansiedad te ha llevado al borde de la apatía sexual, no seas duro contigo. Es una reacción totalmente normal y no es tu culpa. Con la ayuda adecuada, puedes recuperar el deseo sexual y decirle adiós a la ansiedad.
Otros factores que hacen que la ansiedad afecta la libido
Además de la tensión producida por un estado ansioso, hay otros factores que pueden hacer que la ansiedad disminuya la libido.
Efectos de los fármacos
Aunque con el paso de los años los medicamentos han ido mejorando, las medicinas que se utilizan para tratar enfermedades como la ansiedad y la depresión tienden a afectar el deseo sexual de la persona que las consume.
Es común que una persona con ansiedad sea tratada con medicamentos denominados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Estos pueden disminuir tu libido, la capacidad de excitación o incluso dificultar el orgasmo.
Por eso, si sientes que los medicamentos que estás tomando tienen este efecto en ti, es aconsejable que acudas al médico para hablar con él sobre los efectos y valorar posibles ajustes.
Autoestima e inseguridades
Algunas personas que sufren de ansiedad ven afectada también su autoestima. Esto puede llevar a que la libido baje. ¿Cómo? Muchas personas pueden sentirse incómodas con su cuerpo o pueden tener miedo a no estar a la altura de las expectativas sexuales de su pareja.
Estas inseguridades generan miedo a la intimidad, nerviosismo al desnudarse o presión por «cumplir» con las necesidades sexuales de la pareja.
La realidad es que todos estos aspectos tienen como resultado un refuerzo aún más acusado del ciclo de ansiedad y el alejamiento sexual.
Efectos negativos de la ansiedad en las relaciones sexuales
La ansiedad no solo afecta el deseo sexual. Cuando se trata de tener intimidad con tu pareja, la ansiedad también puede llegar a generar ciertos síntomas físicos como:
Anorgasmia
Se ha comprobado que la ansiedad puede dificultar el orgasmo. Esto ocurre porque la ansiedad tiende a poner los músculos tensos, agitar la respiración o producir mareos. Además, los pensamientos intrusivos durante la relación sexual pueden impedir que la persona se relaje y alcance el clímax.
Eyaculación precoz o retardada
La eyaculación precoz o retardada es más común en los jóvenes cuando estos tienen un mal aprendizaje sobre el control de su eyaculación. Sin embargo, en el caso de los más adultos, determinadas situaciones de estrés o ansiedad pueden generar esta clase de episodios.
Esto se ve empeorado si la respuesta sexual se considera fallida o no satisfactoria, ya que, en el próximo encuentro sexual, en vez de responder a los estímulos eróticos, la persona se dedicará a evaluar su respuesta sexual.
Disfunción eréctil
El exceso de preocupación puede bloquear la respuesta fisiológica, produciendo impotencia por la ansiedad. Esto puede ocurrir de dos formas: en primer lugar, al disminuir el deseo sexual. Y en segundo lugar, la preocupación por el rendimiento sexual (alguna mala experiencia o expectativas no realistas) puede impedir conseguir o sostener una erección que redunde en una relación sexual satisfactoria.
Falta de lubricación vaginal
En el caso de las mujeres, el estrés y la ansiedad reducen la respuesta sexual natural del cuerpo, haciendo que resulte más difícil excitarse y generando molestias, incomodidad o incluso dolor durante las relaciones sexuales. La consecuencia de esto puede ser el miedo a la intimidad o el rechazo al contacto sexual, aumentando aún más la ansiedad.
¿Qué puedes hacer si la ansiedad afecta a tu vida sexual?
Ahora que sabes que la ansiedad es capaz de afectar tu rendimiento y satisfacción sexual, me gustaría recalcar que esto tiene solución. Por eso, si te reconoces en alguno de estos síntomas, quiero que sepas que no es tu culpa y que la ansiedad es un problema tratable.
Si sientes que la ansiedad afecta a tu deseo sexual, te invito a contactarme. Soy psicóloga especializada en relaciones de pareja y ansiedad, y puedo ayudaros a manejar y controlar la ansiedad para evitar sus efectos en vuestra vida sexual.
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