La palabra sumisión se encuentra con nosotros desde tiempos inmemoriales. Si creciste en una familia religiosa, puede que el concepto de esta y lo que implica ser una persona sumisa, te lo hayan inculcado. Ahora bien, en el último tiempo, a esta palabra se le ha dado una connotación negativa. Hoy hablaremos sobre las características de las personas sumisas.
Palabras como débil, complaciente, poco confiable, suelen relacionarse con la sumisión. Pero la verdad, es que la sumisión en su expresión sana, no debe de verse como un defecto. Pues, ¿Qué tiene de malo ser servicial o anteponer, cuando es necesario, las necesidades del prójimo?
Sin embargo, cuando tu sumisión te lleva a dejar todo lo que realmente te importa, por el simple hecho de complacer la voluntad de otra persona, es ahí cuando te impactará con los problemas. ¿Qué clase de sumiso crees que eres tú? A continuación, te presentaré algunos rasgos psicológicos que te ayudarán a determinar si posees una personalidad sumisa perjudicial.

Características de una personalidad sumisa
Una persona sumisa por lo general, termina siendo gobernada por otros. Esto sucede, ya que voluntariamente se someten a la autoridad de los demás. Y a raíz de esto, pueden llegar a desarrollar una personalidad dependiente. Por eso, les cuesta expresarse por sí mismas o tomar decisiones sin consultar las opiniones de los demás. Pero hablemos de esto, de forma más detalla a continuación:
1 Baja autoestima
Las personas sumisas tienden a desarrollar, casi como si de un rasgo natural se tratara, una baja autoestima. Esto se debe a la falta de confianza y seguridad en sí mismas. Por eso, las dudas y miedo sobre responsabilidades pequeñas o mayores, la toma de decisiones y su vivir diario en general, se les hace tan cuesta arriba.
2 Emocionalmente dependientes
Como para la persona sumisa los actos y opiniones de los demás son tan importantes, estas tienden a desarrollar la necesidad de que alguien más las proteja. No se siente en la capacidad de protegerse a sí mismas y como consecuencia desarrollan una personalidad dependiente.
Esto puede llegar a ser una fuente de muchos problemas, debido a que, si eres una persona sumisa, pones tu vía en las manos de otra persona, es un tercero el que le da sentido a tu vida, que te suministra protección. Pero, si el día de mañana esa persona no se encuentra para ti, puedes experimentar sentimientos de pérdida, inutilidad, falta de propósito, entre otras cosas.
3 No les gusta ser el blanco de atención
En este punto, no se trata solo de timidez, sino de que las personas sumisas buscan pasar desapercibidas y no destacar de ninguna forma. ¿A qué se debe esta conducta? Esta necesidad de pasar percibido, se origina, a que experimentan ansiedad desmedida por la opinión que otros puedan tener de ellos.
Piensa, ¿dejas de vestirte, hacer o actuar con extrema discreción? Si este es tu caso, ¿Por qué lo haces? Las respuestas te ayudarán a determinar si posees este rasgo psicológico de una personalidad sumisa.
4 Un pasado tormentoso
Poseer una personalidad sumisa en la adultez, puede deberse a varios factores, entre estos, se destaca la presencia de malas experiencias en la niñez. Algunas de estas pueden ser, el abuso físico, el excesivo control, presiones o humillaciones.
Pero, independientemente de cual sea la experiencia, esta termina haciendo mella en la personalidad del niño, quien, como no sana esas heridas, termina desarrollando la tendencia a la sumisión. Pues para evitar volver a padecer esta clase de malas experiencias, sede a las personas de su entorno y en peores casos, a abusadores.
5 Evade conflictos
Tener confrontaciones y debates con otros, no son una opción para las personalidades sumisas. Esta actitud se desprende de la falta de confianza en su propio criterio u opinión. Como una persona sumisa, cree que su opinión carece de validez, deja de compartir lo que piensa y cree, bien sea con amigos, familiares o personas cercanas.
De igual manera, aunque los debates y conflictos es mejor evitarlos en ciertas ocasiones. Esta conducta constante, hace que la persona viva reprimida en su día a día, quitándoles valor y libertad. Sin contar que, para evitar conflictos, asumirán cosas que no están dispuestos a aceptar y no se darán el lugar que les corresponde.
6 Incapacidad para ser asertivos
Una persona asertiva es aquella que es capaz de expresarse de forma adecuada, ya sea que se encuentre en un ambiente hostil o agresivo, pero deja claro sus emociones y opiniones frente a las personas. Esto no puede ser llevado a la práctica por una persona de personalidad sumisa.
Quien al momento de estar frente a un conflicto o problema, no deja que su voz sea oída delante de otros, conformándose con aceptar lo que otros desean y opinan.
7 Tendencia a la negatividad
La incapacidad de defender su propio criterio y pensamiento, redunda en la poca o cero consecuciones de logros en la vida. Dado que su vida carece de metas sin lograr, las personas sumisas, tienden a desarrollar un ojo o perspectiva negativa en todo momento de su vida.
Si crees que eres esta clase de persona sumisa, piensa ¿tienes la costumbre de esperar o pensar siempre lo peor? Sin importar el resultado ¿observas sólo el aspecto negativo de la situación?
8 Inseguridades
Las inseguridades son como el aceite corrosivo, es decir, van dañando y destruyendo todo lo que tocan a su paso. En el caso de las inseguridades, estas provocan una reacción emocional, que viene acompañada de malestar y tensión. ¿Qué te ayudará a determinar si eres una persona insegura?
Los síntomas habituales de la inseguridad son muy claros. Algunos de estos son la incapacidad de tomar decisiones por miedo a equivocarse, pensamientos obsesivos sobre su valía, gran susceptibilidad a las críticas y pueden llegar a percibir a los demás, como amenazas a su seguridad emocional.
Conclusión
Si posees dos o más rasgos de los anteriormente mencionados, puede que hayas desarrollado una personalidad sumisa. Por esto, te invito a tomar cartas en el asunto, buscando las maneras para corregir ciertos rasgos y conductas dañinas. Como por ejemplo acudiendo a terapia.